MODA DE IDA Y VUELTA
OPINIÓN, Enero 2022Camisa blanca
Bolsos reciclados
En la década de los 80, cuando triunfa el revival de la moda hippy, la “ecomoda” o moda respetuosa con el medio ambiente, empieza tímidamente su expansión. Ahora, en los principios del año 2022, podemos afirmar que está en su apogeo y que algo ha cambiado muy profundamente no sólo en sus hechos sino también en su percepción.
Mucha gente, y los españoles en gran medida, se ha apuntado a este reto de defensa del planeta y la moda va dejando cada vez más lejos su imagen de frivolidad para convertirse en un sector responsable que defiende la naturaleza con uñas y dientes. Cada vez oímos hablar con mayor frecuencia de una segunda vida de las prendas, de bolsos reciclados, de jerséis de punto con lana animalista, de alquiler de trajes y accesorios.
Los expertos estiman que al menos un 70% de los consumidores españoles, entre los que se encuentran los más jóvenes, tienen una conciencia medioambiental cada vez más clara y entre el ritmo trepidante de la vida actual encuentran espacios de reflexión y de calma para encararse con los problemas de su entorno, alineándose con fórmulas que ayuden a preservar el planeta.
Estamos ante una moda “de ida y vuelta” que ha captado la importancia de buscar soluciones prácticas y variadas para mantener a raya los estragos de la industria textil que, según los datos que nos proporciona la ONU, es la segunda más contaminante del mundo a la que solo le adelanta en el primer puesto el petróleo, y si las cosas no cambian podría doblar su incidencia.
Abrigo camel
Premio sostenibilidad a Ifema
Conjunto Chanel
MODA DE IDA Y VUELTA
Los consejos de los diseñadores y de los industriales del sector tampoco faltan. Hace poco Roberto Verino hablaba de la necesidad de compras de calidad que durasen mucho tiempo con un trasfondo emocional que las revaloriza. Los que trabajan dentro del mundo textil apoyan la biodiversidad, a otros niveles se aconseja comprar menos pero comprar mejor, y aumentar la rentabilidad de las prendas. También se tiende a evitar los tejidos sintéticos apostando por los naturales con mejor resultado como es el caso del algodón orgánico que consume mucho menos agua que el cultivo del algodón tradicional. Para una prenda tan atemporal como la camisa blanca algunas firmas como la American Vintage utilizan el algodón cultivado sin insecticidas ni herbicidas.
En España cada vez se apoyan con más datos las distinciones y premios a aquellas empresas y organizaciones que se distinguen por su compromiso con la sostenibilidad, como acabamos de constatar hace muy pocos días con la entrega a IFEMA -Institución Ferial de Madrid- del premio A3E por haber reducido la emulsión de gases de efecto invernadero casi un 70% y la generación de residuos en las ferias en un 43% . También a nivel personal se aprecian estas preocupaciones medioambientales que afloran en su trabajo. Lola Casademunt, por ejemplo, entre los evento del 40 aniversario de su empresa, ha anunciado que además de su desembarco en América, ha decidido optar durante el año 2022 por toda clase de colecciones cien por cien sostenibles.
El prestigio de esta moda ha dado lugar hasta a noticias curiosas como que la excéntrica ministra Yolanda Díaz, en su visita al Vaticano (quizás para poner un tupido velo a temas como la reforma laboral o sus veleidades comunistas), ha entregado al Papa Francisco como regalo una estola hecha con plásticos reciclados. Quizás a la moda sostenible se le puede reprochar que debería ampliar sus horizontes, por eso me ha dado alegría ver que se la empieza a llamar la “moda ética”, lo que supone muchas más implicaciones como parte de la creciente filosofía del diseño. Es importante recordar que la palabra ética es capaz también de dar un sentido más amplio a la definición de naturaleza y de considerar que la persona humana es su punto central, por eso la moda es responsable también de velar por la dignidad de la persona, por su decoro, por su influencia social y de enfocarla desde posiciones mas profundas y humanizadoras.
Resultan muy clarificadoras unas palabras del anterior pontífice Benedicto XVI cuando establecía una relación entre naturaleza y respeto a la persona humana afirmando que cuando la persona se degrada también se degrada el medio ambiente en el que vive: “Cuando se respeta la ecología humana dentro da la sociedad –explicó el Papa- también la ecología medioambiental resulta beneficiada”.