TODO EL AÑO PUEDE SER NAVIDAD
OPINIÓN, Diciembre 2016Belén
Arbol de Navidad de Málaga
La Navidad nos empieza a remitir sus síntomas más entrañables. La más madrugadora ha sido la Lotería Nacional que ha popularizado la figura de Carmina, la tierna maestra jubilada, a quien un pueblo agradecido quiere mantener viva su ilusión de que le ha tocado el “gordo”... Las calles de las ciudades se han vestido de luces. En Madrid varios diseñadores de moda han querido contribuir con sus diseños a hacer más fashion las siluetas de las arcadas que iluminan las calles. Una novedad de este año ha sido la proyección de un vídeo en 3D sobre la fachada de la Casa de la Panadería de la Plaza Mayor, representando la sorpresa de un niño cuando se encienden las luces.
A partir del 24 de noviembre muchas otras ciudades españolas -Barcelona, Málaga, Sevilla y Valencia, que se adelantó unos días- han dado su especial bienvenida al ambiente navideño. Barcelona ha conmemorado el encendido de luces en el cruce del Parral-lel y la Ronda de Sant Pau con más de 100 kilómetros de calles iluminadas.
En Málaga el grupo “Siempre así” ha dado un concierto junto al magnífico árbol de 18 metros de altura situado en la Plaza de la Constitución. La figura del árbol de Navidad en estas fechas tiene un protagonismo especial. Por algo en la capital de España se ha estrenado este año un espléndido y nuevo árbol dorado de la Puerta del Sol y se han colocado 22 árboles más en los puntos más estratégicos de la ciudad.
Algunos han acusado al árbol de un origen pagano. Nada más lejos de la realidad. Se trata de una costumbre cristiana de hace varios siglos. El árbol cuajado de luces, como las que brillan en los arcos y las esquinas, simbolizan la “luz del mundo” que viene a nosotros en Navidad “para iluminar a los que yacen en tinieblas”, como reza la liturgia cristiana. Sus adornos están cargados de simbolismo.
El anuncio de Lotería Nacional
Belén popular
Puerta del Sol
TODO EL AÑO PUEDE SER NAVIDAD
La estrella colocada en la punta del árbol representa la fe que debe guiar la vida del cristiano recordando las estrellas de Belén, las bolas de colores simbolizan los dones de Dios a los hombres, y los lazos representan la unión de la familia y de las personas queridas que en estos días se aprestan a dar y a recibir.
La tradición del belén permanece año tras año. Una costumbre entrañable que nació en el frio invierno del año 1223 cuando San Francisco de Asís recorría la campiña italiana de Reti y la Navidad le sorprendió en la gruta de Grecio. Allí se le ocurrió la idea de reproducir en vivo el misterio del nacimiento de Cristo. Al principio eran “belenes vivientes”, representados por campesinos de aquellos lugares, pero la idea se popularizó por todo el mundo cristiano dando lugar a las tradicionales figuras, que son una magnífica escuela de arte y de devoción.
Luces en las ciudades
Los Reyes Magos abrirán una vez más el capítulo de los regalos con su proverbial generosidad y sus grandes recursos de ilusión para los niños. Si santa Claus no tiene ninguna base bíblica, ni tampoco ninguna “credencial” para formar parte de nuestra tradición navideña, los Reyes Magos tienen ambas cosas y el Evangelio los presenta como unos personajes históricos y reales de distintos pueblos y razas unidos todos por la adoración a Jesús.
Las fiestas navideñas empezarán pronto con su mensaje de paz y optimismo. Ojalá supiéramos seguir, a pesar de las inevitables dificultades, este mensaje que dejó escrito Charles Dickens en su Cuento de Navidad: “HONRARÉ A LA NAVIDAD EN MI CORAZÓN Y PROCURARÉ CONSERVARLA DURANTE TODO EL AÑO”. Un objetivo estupendo al que vale la pena apuntarse.