LAS 5 REGLAS DE ORO DE LOS 50

“Juventud: divino tesoro…”, cantaba el poeta Rubén Darío. Efectivamente, la juventud se va para no volver. Pero hombres y mujeres nos resistimos a dejarla y, a veces, no sabemos asumir que el tiempo va dejando su huella en el cuerpo y que con un cuerpo de 45 ó 50 no podemos vestir como si tuviéramos 20 años. Pero está claro que eso no significa que no nos cuidemos. El cuerpo cambia a partir de los 45 y no digamos a partir de la menopausia: nos ensanchamos y engordamos con mayor facilidad y luego cuesta mucho eliminar los kilos.

De lo que se trata es de aprovechar bien lo que tenemos, así como nuestro guardarropa, sin estridencias ni querer aparentar lo que no se es. Por eso es muy importante tener en casa un buen espejo de cuerpo entero y… ser muy sinceras con nosotras mismas. Porque muchas veces es peor el remedio que la enfermedad, y en vez de mejorar nuestra apariencia conseguimos el efecto contrario y hasta parecer ridículas
 
1. Maquillaje.- Usa bases con color o fondos de maquillaje ligeros. Los densos acentúan las arrugas y nos hacen parecer máscaras. Además es muy importante usar el mismo tono de maquillaje que nuestra piel para que se funda bien. Una tez muy oscura envejece y está pasada de moda. Y recuerda que la piel se reseca con la edad, por eso no conviene usar tampoco polvos compactos. Huye del eye-liner o del khol negro y usa lápices de ojo en gris oscuro que dulcifica la mirada. Y en cuanto a las cejas, tapa esos pelitos canos con un lápiz del mismo tono y redibuja la ceja a trazos, sin hacer línea, que envejece. Para los labios, usa tonos rosados o melocotón y un toque de brillo. El perfilador siempre del mismo tono: es muy hortera usar uno más fuerte. Un ejemplo de saber estar es Helen Mirren o nuestra Naty Abascal. 

2. Cabello.- Las canas hay que taparlas y retocar la raíz en cuanto asomen, si no quedarás como una descuidada. Da un tinte dos tonos más claros o más oscuro del tuyo natural como mucho, y no hagas experimentos con tintes juveniles o de colorines que resultará ridículo. En cuanto a la longitud del cabello, con la edad las puntas se resecan mucho con lo cual hay que llevar medias melenas todo lo más, pero nada de pelo largo. Al menos cada 6 meses corta las puntas o hazte un corte moderno desfilado, pero sin estridencias. Puedes copiar el estilo de Meg Ryan, Julia Andrews o Jane Fonda. 

3. Ropa.- Elige tu talla real, nada de tallas pequeñas. Estar embutida en la ropa queda muy hortera. Puedes combinar tops más ajustados con prendas más sueltas, así te verás atractiva pero sin ir “cantando la traviata”. En cuanto a las faldas, llévalas por la rodilla, las “midi” te harán mayor, eso sólo se lo pueden permitir las jovencitas. Descarta los pantalones pitillo a no ser que tengas tipazo. Es mejor un medio pitillo o pantalones sueltos, que están además a la última. 

4. Calzado.- Los medios tacones gruesos son propios de “abuelitas” así que no te los pongas. Para ir cómoda, nada mejor que bailarinas o zapatos con algo de plataforma para que el pie no esté muy empinado. Pero no renuncies a unos buenos taconazos en tu vida social nocturna, se llevan finos pero también gordos. 

5. Actitud.- La elegancia auténtica no surge solamente de llevar prendas caras sino sobre todo de la actitud externa. Todo exceso, tanto en tono de voz como en el comportamiento social, denotan falta de educación. Cuida por tanto la mesura, que es tan atractiva y no tiene edad: es penoso ver a gente superarreglada que se “tira” materialmente a las bandejas de comida en cócteles y eventos, que habla a voces y se carcajea de forma ordinaria. No toques a la gente que te acaban de presentar salvo el clásico apretón de manos o el par de besos de saludo, y no te tomes excesivas familiaridades con quien no conoces. Cuida tus ademanes y tu vocabulario: ojo con las palabras soeces, que no demuestran autenticidad sino mala educación. El atolondramiento en una persona con cierta edad denota falta de madurez, y un comportamiento pueril no nos hará más jóvenes… sino más ridículos.