"GRACE DE MONACO", ESTILO, GLAMOUR Y LEYENDA

El Festival de Cine de Cannes ha abierto su 67º edición con la película “Grace de Mónaco”, del director francés Olivier Dahan. Pese a que no cuenta con el beneplácito de la familia monegasca, este film promete una cuantiosa taquilla, tanto por la historia en sí como por el glamuroso personaje protagonista: la Princesa Grace, sin la cual Mónaco sería hoy otra cosa. Mención aparte merece el magnífico vestuario.

Para encarnar a Grace Kelly se ha elegido a Nicole Kidman que, aunque sopla ya cuarenta y tantas velas, tiene bastante parecido con la Princesa de Mónaco joven, con su pelo rubio, ojos azules y excelente figura. La acompañan en el reparto Tim Roth, como Rainiero, y Paz Vega, como su amiga la soprano María Callas. 

La acción se sitúa hacia 1962, cuando Grace Kelly, ex actriz norteamericana y ya casada con el Príncipe Rainiero de Mónaco, se plantea regresar a Hollywood para protagonizar la película “Marnie, la ladrona”, cuyo papel le ofrece Alfred Hitchcock. Su matrimonio está pasando por serias dificultades, pues Grace no acaba de encontrar su identidad. Al mismo tiempo, Francia amenaza con anexionarse Mónaco. Grace, desolada, se ve obligada a elegir entre la llama creativa que aún arde dentro de ella y su papel como Su Alteza Serenísima, la Princesa de Mónaco. 

Vestuario de alta costura
 
Aparte de la historia en sí, es de destacar la puesta en escena y el soberbio vestuario. De él se ha encargado Gigi Le Page, quien ha estudiado a fondo el estilo de la moda de los 60 y los archivos de los grandes modistos de la época. 

Reunió un completo guardarropa para Nicole Kidman, con unos 50 trajes y piezas de alta costura. Además, la actual casa Dior se ofreció a rehacer algunos de los vestidos originales de Grace Kelly, que adoraba la maison, siguiendo los patrones del creador de entonces, Marc Bohan, y que luce Nicole Kidman en esta película. 

Grace Kelly amaba los tonos pasteles (celeste, vainilla, melocotón) en conjuntos y vestidos llenos de elegancia, que resaltaba aún más su belleza. Los complementos eran para ella ‘imprescindibles’, y Le Page ha recreado también los turbantes, pañuelos, sombreros y pamelas que le encantaban. 

En el capítulo de los vestidos de fiesta, vemos a Nicole Kidman con los mismos maravillosos trajes de baile que lució la Princesa, vestidos de cuento de hadas, con cinturas marcadas y faldas vaporosas de mucho volumen. 

En las películas que protagonizó antes de su matrimonio, Grace Kelly era muy exigente con el vestuario y lucía siempre atuendos extraordinarios, como los que vistió en “La ventana indiscreta” y “Atrapa a un ladrón”, películas de cuyo guardarropa se encargó la gran Edith Head. De ésta última película todos recordamos momentos espectaculares como el vestido de gasa azul de inspiración griega, el traje de noche blanco palabra de honor acompañado de un collar de brillantes, o el atuendo playero en blanco y negro, con bañador de cuello halter, pantalones capri y una maxi pamela. Precisamente fue durante el rodaje de “Atrapa a un ladrón” en Montecarlo, cuando conoció a Rainiero. También recordamos un maravilloso vestido rojo de encaje en “Crimen perfecto”, o los que lució en “La ventana indiscreta”. 

¿Y qué decir de las joyas? Grace de Mónaco fue amiga personal de Cartier, exhibiendo en numerosas ocasiones aderezos y tiaras de la firma. Cartier hizo el anillo de compromiso que le regaló el Príncipe Rainiero, y el mismo Cartier, como regalo de bodas, le donó una tiara de diamantes y rubíes y un collar de tres vueltas a juego. Estas joyas se reprodujeron para el film con todo lujo de detalles. 

Sólo por disfrutar del trabajo de Gigi Le Page en “Grace de Mónaco” merece la pena ver la película. 

Fotos: Tripictures