¿SIGUE LA NOVIA “BLANCA Y RADIANTE”?

La mágica ilusión de casarse de blanco parece que tiene una seria competencia con otras propuestas que se lanzan a introducir nuevos coloridos. Pero las colecciones de “Madrid Novias”, que hemos visto en IFEMA dentro del “Salón Internacional de la Moda nupcial”, demuestran que el traje blanco, sigue siendo la “estrella” y el que mejor define la categoría de una boda. Para las novias de este año dominan las tendencias románticas y los tejidos se mueven entre la seda salvaje, los mikados, la organza, el chantilly y el tul. Para enriquecer sus modelos los diseñadores aplican detalles de cristales, perlas y algunos destellos de oro o plata.

Según un estudio realizado por la FICU –Federación de Consumidores Independientes-  un vestido de novia cuesta como mínimo 500 €, gasto al que se le une el de los complementos, el maquillaje, el ramo, con un total de 1.540 € de media. Pero para este día, único en la vida,  cuentan muchas más factores que el económico y además  el buen gusto personal y una buena elección hacen milagros otorgando  un poderosos valor añadido a  los presupuestos más ajustados.

Las colecciones que hemos visto en “Madrid Novias” sugieren miles de opciones. La diseñadora  cordobesa ANA  TORRES  abrió los desfiles Su propuestas se inclinan por los tejidos ligeros como  la  gasa y el tul. Utiliza con  preferencia el encaje vintage de algodón  con el que recubre  el escote de algunos modelos “palabra de  honor”. Un mono de anchos pantalones destaca entre el romanticismo de  esta colección en la  que no faltan flores y lazos.                                                                          

En la colección de ISABEL ZAPARDIEZ dominan los contrastes entre la ligereza de los tejidos –tul, organza-  con los cuellos y puños realizados en diferentes tipos de cristal unidos con estaño que parecen auténticas vidrieras. Otros modelos presentan líneas arquitectónicas  con espaldas que se separan del cuerpo. Estilizados vestidos de satén con la cola saliendo de los hombros en forma de manto. Vestidos de organza con volantes de distintos largos y algunos adornos como plumas en los hombros  y bordados de tonos brillantes sobre un fondo de tul.

PAULA  DEL  VAS  se inclina por las siluetas limpias y  los cortes románticos. Vestidos  línea Princesa, escotes barco y algunas mangas abullonadas. Emplea sedas naturales como el dupion, la organza, la tafeta  para modelos cercanos  a la costura. Corseletes anchos  y algunos cinturones de brillantes.

Pliegues estratégicos y drapeados muy  bien construidos  dominan en la colección de CHARO  PERES con tejidos muy variados,  desde el  empaque del raso a  la riqueza del chantilly o la ligereza de la organza. Una gran variedad de escotes: en pico, barco, halter. El  blanco marfil presenta diferentes  matices. Y como es habitual en esta diseñadora  encontramos la riqueza y el  buen gusto en  los bordados.

El nombre de la colección de PEPE BOTELLA  es “La herencia”  como homenaje a una familia dedicada enteramente a la costura. Una colección muy romántica  en la que  tejidos como satén y otomán aparecen con capas superpuestas de chatilly o de gasa. Sobre  el fondo de un blanco inmaculado desliza pequeños toques de color en azul ó marrón y fajines rematados con lazos.

Un tributo a  la buena costura en forma de lorzas, drapeados, y  recogidos   es lo que nos ofrece la colección de MIQUEL  SUAY  con abundantes asimetrías en los escotes, a veces en forma de un solo tirante ancho o  en bordados laterales. Como adornos  un lazo o un broche de brillantes  en la cintura.       

POL  NUÑEZ  se ha decantado  por el glamour de los años 30. Vestidos superblancos con incursiones de dorado en los tejidos y en algunos detalles. Sin renunciar al estilo  romántico y bohemio característico de la firma la colección  introduce detalles de modernidad especialmente en los cortes y jugando con los tejidos ligeros.