ANTONIO ALVARADO: BAJA COSTURA

Se acaba de inaugurar en el Museo del Traje de Madrid la exposición temporal y gratuita dedicada al diseñador Antonio Alvarado, muy vinculado en los años 80 a la llamada “movida madrileña”. La exposición estará abierta hasta finales de marzo.

El Museo del Traje ha reunido para la muestra “Antonio Alvarado, baja costura” más de 500 piezas de 40 prestadores con el objetivo de recomponer la trayectoria de Antonio Alvarado, que fue Premio Nacional de Diseño de Moda en 2021, un veterano de la moda española en los años 80 y 90.

Alvarado vistió a muchos artistas de la época, como a Mecano, Tino Casal o Alaska. También confeccionó el vestuario de películas de Pedro Almodóvar, Bigas Luna, Antonia Andreu y Carlos Saura y colaboró con artistas plásticos como Costus, Julio Juste, Fabio McNamara o Alberto de las Heras. Alvarado fue testigo del nacimiento y de la consolidación de la Pasarela Cibeles. Y diseñó el vestuario para el programa de televisión La bola de cristal. 

En 1985 participa en el Desfile de Creadores que señala el inicio de la Pasarela Cibeles. Según una nota del propio museo, “los años siguientes son los de mayor fecundidad creativa con colecciones rebosantes de propuestas, muy frescas y alegres, urbanas y con el toque castizo de la propio de la movida". 

Alvarado propone prendas de punto confortables, con elásticos y cremalleras, una sastrería muy trabajada con vocación experimental y un toque de fantasía en el que se entremezclan la tradición española y la influencia americana. El mismo espíritu, aunque atenuado su lado más barroco, guía sus colecciones del período 2004-2010, cuando regresa a la Pasarela Cibeles con nuevas propuestas que muestran a un Alvarado maduro, más centrado en la técnica, pero conservando su capacidad para sorprender”. Para dar cabida a una obra tan amplia y diversa, el Museo dedicará un gran espacio a la muestra, que se distribuye en dos plantas e integra el final de la exposición permanente. 

Se trata de una exposición divertida y espectacular, que ubica al modisto en el centro de la movida, al servicio de todos y al mismo tiempo capaz de desarrollar un lenguaje único, anticipado a su tiempo, muy preocupado por la técnica y siempre en evolución, hasta su último desfile en 2010.