UNA EXPOSICIÓN DE CUADROS

A muchos diseñadores les gusta presumir de que no siguen las tendencias como si esta actitud de sumisión fuera algo pasado de rosca, pero las pasarelas lo desmienten y muestran claramente las reglas de juego apoyadas además por el “street style” que también quiere demostrar su talento creativo. Las temporadas pasan siempre pero las tendencias son menos drásticas y muchas de ellas permanecen como verdaderas señas de identidad de la moda.

Una de las tendencias que rebasa temporadas y climas son los cuadros. La moda no deja de mostrarnos su “exposición de cuadros” con lo que nos recuerda de paso que es un arte que merece ser admirado cada vez con mayores posibilidades, ya que los desfiles fashion no se conforman con escenarios intrascendentes y buscan deslumbrar no solo con los modelos sino también con los ambientes que dan ciento y raya a la puesta en escena a cualquier galería de arte. Pero los estampados de cuadros no quieren ser por sí mismos una opción persistente y algo aburrida sino que nos muestran toques de actualidad, algunos ponderados y sin perder su clasicismo y otros que llegan incluso a rozar la extravagancia.

Es cierto que el estilo sastre, tan actual esta temporada, sigue manteniendo su prestigio y no se apea de los cuadros Gales, de los pata de gallo, de los cuadros ventana, de los Vichy pero introduce nuevos focos de atención sobre todo con el colorido y también poniendo en su órbita tejidos diferentes que los convierten en una tendencia para cualquier época del año. Hemos visto en los modelos para este otoño-invierno a los eternos pata de gallo en blanco y negro admitir nuevos colores para remozar su eterno contraste aunque sea con la introducción de un solo color que destaque, como el rojo, el naranja, morado o el caldero. 

Los clásicos tonos otoñales buscan el aliciente de nuevos dibujos aliándose con sus tonos clave con gamas del marrón y el beige en modelo de abrigos, chaquetones y tres cuartos muy apropiados no solo para otoño-invierno sino también para la primavera. En esta nueva temporada las combinaciones de blanco y negro, quizás por la cercanía de la primavera que da un mayor protagonismo a este dúo, hace primar el papel del blanco sobre el negro, cosa que seguramente no ocurrirá con los modelos con vistas al otoño. 

Los cuadros han aumentado su colaboración con prendas situadas en primer plano como las cazadoras o el clásico trío chaqueta, chaleco que este año demuestra su preferencia por unirse a las faldas de vuelo. Los ponchos de tartán se emplean también para hacer frente al frio con el mejor estilo. Y si entramos en la faceta promocional de este estampado eterno y formal uniéndolo a un estampado algo más revolucionario, tampoco hay problemas. Hemos visto en las pasarelas cuadros “abstractos” y de relieve distorsionado y mezclas curiosas como abrigos pata de gallo con cuellos y mangas de estampados florales multicolor.