LOS "WEARABLES", PRESENTE Y FUTURO

Parece que la tecnología está decidida a facilitarnos la vida y nos brinda la posibilidad de poseer unos objetos de uso diario a los que se ha incorporado un microprocesador para poder realizar una acción concreta. Así han surgido los relojes inteligentes, las pulseras que controlan nuestros pasos y nuestro estado de salud, etc. Tienen la ventaja de que no son objetos que tenemos que llevarlos en la mano o en el bolso sino que vienen continuamente con nosotros ofreciéndonos sus servicios. Se trata en definitiva de los llamados “wearables”. La palabra tiene una raíz inglesa que se traduce al español por “vestibles”. Hay también claros síntomas de que la moda quiere beneficiarse de sus ventajas. ¿Tardaremos mucho en incorporarlos a nuestra vida?

Algunos atribuyen a los wearables un origen muy lejano y se remontan incluso a los años 60 del pasado siglo pero fue en el año 2010 cuando esta tecnología evolucionó lo suficientemente para crear a su alrededor grupos grandes de consumidores. Se considera en general la Feria Internacional del Consumo Electrónico del año 2014, como la presentación “oficial” de bastantes compañías que apostaban por esta técnica y nos descubrían todas sus posibilidades. Allí se presentaron pulseras, anillos, relojes gafas, pantalones, guantes inteligentes y ropa de deporte para el golf o para el running, todos objetos capaces de proporcionarnos datos y servicios interesantes. 

Aunque se considera que los wearables están todavía en fase de desarrollo van surgiendo novedades cada vez más insólitas que hacen referencia a la salud o la estética. Se han lanzado ya los cinturones que permiten actividades diversas y una de sus funciones es avisarte si te has pasado en comer dulces y o si estás rompiendo la dieta, o sujetadores inteligentes capaces de medir el ritmo cardiaco. 

Se montan además ferias y concursos a su alrededor. La firma L´Oreal acaba de lanzar el producto “My skin Track” capaz de medir los niveles de PH y mejorar así los tratamientos personalizados con el que ha ganado el premio “Best of innovation” presentado en el “Consumer Electronics Show 2019” que se ha celebrado en Las Vegas. 

En el terreno de la moda las expectativas son muy amplias. Hasta ahora se había hablado solamente del desarrollo de vestidos que se encogen o se prolongan a fin de que no haga falta cambiarse de ropa cuando sales del trabajo para acudir a una presentación o a un cóctel, pero actualmente lo que se atisba cara al futuro solo puede encontrar límites en nuestra imaginación… Según los analistas de IDC, ”International Data Corporation”, el sector “Wearable Tecnology” está haciendo muy buenas migas con el sector de la moda y si hace unos años el desafío era solamente crear un producto innovador ahora propone objetos y tendencias con diseños muy apetecibles que se están introduciendo en las escuelas de diseño de moda y se asoman a las pasarelas internacionales. 

Se están creando impresiones en 3D y ha aparecido la expresión ropa “animatrónica”, vestidos con movimiento capaces de plegarse para crear otra forma o modelo diferente, y se han empezado a fabricar también zapatos y ropa con luces LED que pueden ofrecer vestidos que cambian de color al ritmo de los movimientos corporales y del medio ambiente. 

Un futuro apasionante que debe tener sus normas y su enfoque positivo pensando que la técnica sola no basta para mejorar al mundo y a las personas y que los objetos “inteligentes” no pueden mermar el esfuerzo de la inteligencia humana, solo ayudarla pero nunca sustituirla. Los robots no tienen alma, solo fachada. 

Sería también una verdadera revolución que los wearables, que actúan como árbitros en temas de trabajo y de salud, se involucraran más en temas de estética y de moda y dieran por ejemplo la voz de alarma cuando se intenta combinar en un mismo conjunto colores incombinables, cuando no se tiene en cuenta la propia estructura corporal al elegir un modelo o unas piernas poco perfectas para usar una minifalda, cuando un escote o unas transparencias traspasan la línea roja de la decencia o cuando se viste de una forma inapropiada queriendo mostrar un aspecto juvenil con muchas décadas de vida acumulada.

¿Sería pedir demasiado? ¿Podría llegar a tanto la técnica? Ya sabemos que muchas veces los sueños se convierten en realidad y la moda ha sido siempre una fábrica de sueños ¿Por qué no incluirla entre todas las fantasías que pueden llegar a lanzar los wearables del futuro?