EL NUEVO VALENTINO Y LOS VESTIDOS-FLORES

Pierpaolo Piccioli, el director creativo de Valentino, presentó una colección otoño-invierno llena de originalidad: vestidos recatados a propósito, esbeltos, largos, elegantes y con una paleta de color muy rica, en los que las siluetas florales troqueladas han jugado un papel importante.

Sabiendo que la firma tiene muchas seguidoras en los países árabes, sus propuestas son perfectamente compatibles con una moda más “tapada” -que es tendencia en todo el mundo- pero también para una alfombra roja, para cualquier evento o para la oficina. El diseñador ve mucha belleza en el recato, que no está reñido ni con el romanticismo ni con la ñoñería. Sus vestidos rectos y esbeltos llevan cuello alto o a la caja, manga larga y largo midi o a los tobillos, a veces asomando pantalones o botas. Muy pocas transparencias y escasos escotes, y esto nada exagerado.

Sin embargo, el diseño es vanguardista y delicado: grandes solapas-volante con forma de pétalo, siluetas envolventes, capas de bordes lobulados a juego con capuchas anchas, drapeados amplios, plisados, tablas y fruncidos, flecos, túnicas asimétricas, faldas-capa de cintura alta, blusones XL sobre pantalones sueltos, sobrevestidos a tono de guipur, vestidos con jaretas y cinturas apenas marcadas… Las telas van desde la cálida alpaca, al punto de lana, crepe de seda, guipur, terciopelo y organza de seda. 

Los tonos son variadísimos: conjuntos en color plano pero en diferentes tonos: verde menta, calabaza, crema, tostados, rosas, malvas, azules, blanco y negro y, por supuesto, el rojo "Valentino". Pero una de las características más llamativas y bonitas de la colección son sus enormes estampados florales, sobre todo en los vestidos de noche: grandes margaritas, amapolas, petunias y pensamientos de seda, terciopelo y pailletes metalizados en bordados tipo patchwork.