LOS LOCOS AÑOS 20, PROTAGONISTAS
EVENTOS, Mayo 2021
Los locos años 20

La pintura de los años 20
Los apasionantes años 20 han captado la mirada histórica del Museo Guggenheim de Bilbao con una exposición “Los locos años 20”, una década que vive intensamente las reacciones de progreso y de ansias de vivir y de libertad que surgieron después de frustrantes acontecimientos como fueron la Primera Guerra mundial y la epidemia de la llamada gripe española que ocasionó cerca de 50 millones de muertos. La exposición, inaugurada el 7 de mayo, que permanecerá abierta hasta el 19 de septiembre, ha sido diseñada por Calixto Bieito, director artístico del Teatro Arriaga de Bilbao, que ha sabido conjugar muy bien esta década de creatividad y desenfreno con otras situaciones contemporáneas.
Si repasamos los periódicos españoles de estos últimos días veremos fotos que son toda una denuncia del jolgorio, las ansias de divertimento y también la ausencia de algunas responsabilidades que se han sucedido en muchas ciudades españolas ante las dificultades y restricciones producidas por la Covid 19 que, aparte de muchas muertes, ha sido motivo de cambios de vida y confinamientos con situaciones difíciles de sortear.
La exposición del Guggenheim nos recuerda la situación y características de los años 20 del siglo anterior y, además de una mirada al pasado, es también una mirada al presente y al futuro. ¿No aparecen ya ante nosotros los primeros síntomas que vislumbran lo que podría ocurrir cuando termine la pandemia y los momentos difíciles? ¿no podrían presentarse también síntomas de otros locos 20 pero en el siglo XXI? La exposición nos muestra sin embargo con fuerza aspectos positivos de esta década. A través de su recorrido vemos muestras de una creatividad inagotable. La innovación aceleró considerablemente las disciplinas artísticas que no han perdido relevancia y que influyeron en la pintura, la escultura, el diseño, la moda y en todas las disciplinas artísticas posibles.
Nos adentramos también en las ciudades más significativas del momento como fueron Berlín, Paris, Viena y sobre todo Zúrich, cuyo Museo Kunsthaus ha colaborado con el Guggenheim en el montaje de esta muestra comisionada por Catherine Hug y Petra Hoss. Ambas participaron muy activamente en este dialogo de las distintas disciplinas entre las artes plásticas y los colores que inundan las 7 sesiones que forman parte de la exposición, que exhibe en el techo el documental “Berlín, sinfonía de una gran ciudad” (1927) de Walter Buttman.

Ls peinados a lo "garçon"

Calixto Bieito

La moda suelta de los 20
LOS LOCOS AÑOS 20, PROTAGONISTAS
Una selección de 300 obras abordan los temas de los años 20 conectándolos con el momento actual. La primera sala, una de las más impactantes, transmite el final de la Gran Guerra y de la arrasadora gripe española. En las demás salas se pueden admirar los logros artísticos más icónicos y populares, como las sillas de Le Corbusier, las 3 perchas de Mondrian, las variadas influencias de los alumnos de la Bauhaus, junto a figuras de la danza y recuerdos de los bailes nocturnas y de figuras inmortales como la de la reina de la noche, Josephine Baker, con formas de celebración frenética de las fiestas.
La transformación de la mujer es otra de las sugerencias que nos brinda la exposición y que especificó la comisaria Catherine Hug: “Una de las consecuencias de la gran Guerra fue la oportunidad que dio a los hombres y mujeres para edificar sus roles en la sociedad. La presencia de los hombres en el frente dio a las mujeres una nueva confianza en sí mismas que influyó en el terreno profesional y social”.
En la moda femenina se dio también un movimiento espectacular. Se difundió el peinado a lo garçón, la falda se subió hasta la rodilla, se difundieron modelos de trajes con un aire más deportivo y cómodo, un nuevo estilo de moda del que fue una gran representante la genial Cocó Chanel, promotora de “la petite robe noir” que tanta influencia tendría en el presente y en el futuro. Ella introdujo en el vestir de la mujer las ansias de libertad frente al encorsetamiento de años anteriores, añadiendo a su creatividad dos cualidades muy femeninas: la intuición y el sentido práctico.

Cartel de la exposición
El éxito de los bailes, como el jazz y el charlestón, popularizaron los vestidos anchos hechos con materiales que mostraban todo su efecto con los movimientos del baile, como las lentejuelas y los flecos. La falda corta dio también un mayor protagonismo a los zapatos. A medida que la década tocaba a su fin fue como si las estridencias de estos años hubieran agotado ya todas sus posibilidades. La verdadera puntilla fue el famoso “viernes negro” del año 29 cuando el crack de la bolsa de Nueva York cortó la alegría de aquellos años dorados.
La exposición del Museo Guggenheim ha potenciado a su alrededor el interés hacia esta época dorada, y como homenaje el Teatro Arriaga de Bilbao le dedica varios espectáculos. Destacamos entre ellos “Doña Rosita anotada” Teatro Kamikaze el 20 de mayo, la opera “Los siete pecados capitales” de Weill y Brecht, el 4 y 5 de junio y “Erwartung” con la soprano Ausrine Stundyte el 19 junio.