LANVIN: UN ANIVERSARIO INACABABLE
CULTURA, Junio 2014

Jeanne Lanvin
Lanvin, la casa de modas más antigua de París todavía en funcionamiento, ha celebrado su 125 aniversario. Lo está recordando durante todo este año a través de sus plataformas digitales mostrando fotos, croquis, videos y recuerdos curiosos para conmemorar esta fecha tan especial. Pero parece que la celebración va a traspasar los límites del 2014. La firma, que ha contado entre sus clientes con personajes fetiches de Hollywood como Marlene Dietrich, prepara una gran exposición retrospectiva para el 2015 que recorrerá toda su historia. Al frente del proyecto está Albert Elbaz que lleva las riendas creativas de la marca desde el 2001.
Jeanne Lanvin, la fundadora de la emblemática casa de costura, nació en París en 1867. Era la mayor de 11 hermanos y en esta situación es lógico que empezara a trabajar muy pronto para ayudar a su numerosa familia. Tras colocarse en una sombrerería del Foubourg Saint Honoré y después en otra de Barcelona abrió una tienda propia en parís en la Rue Boissy d´Anglas en 1889.Se casó con el conde Emilio di Pietro con el que tuvo una hija, Margarita, que se convertiría en su modelo y en su vida. Al separarse de su marido Jeanne se volcó completamente en su hija a la que dio a conocer con el nombre de Marie Blanche. Para ella empezó a crear estupendas coleccione infantiles que maravillaron a sus clientas las cuales le empezaron a encargar ropa para sus hijas.
Cuando en 1909 Jeanne Lanvin consiguió entrar en la Chambre Syndical de Alta Costura empezó a alternar la ropa infantil con sus modelos y colecciones para señora. Su éxito fue cada vez mayor. Era muy exigente en cuanto a materiales y colores hasta conseguir en sus propios telares el azul añil tan propio de la casa y que se conoció en todos los ambientes de la moda con el nombre de “azul Lanvin”. Amplió sus colecciones y el número de sus tiendas y fue una de las primeras casas que creó perfumes. Su imparable modernidad le llevó a pressentar colecciones de telas, objetos decorativos , pieles, lencería…
Dentro de su incansable actividad delegó parte del trabajo en su hija pero décadas después y desaparecidas ambas sin descendencia directa, llegaron otros diseñadores a hacerse cargo de la firma. Sin embargo sin el empuje de su creadora el negocio experimentó una gran decadencia que amenazaba su estabilidad. Hasta que en el año 2001, después de una época muy difícil, una empresaria de prensa de Taiwan conocida como Madame Wang compró Lanvin y tuvo el acierto de contratar a un diseñador Alber Elbaz que fue elevando con rapidez el nivel de la firma.
Alber Elbaz, nacido en Casablanca, que trabajó para Saint Laurent y para Guy Laroche con anterioridad, es un verdadero arbitro de la exquisitez y llevó a la casa sus ideas muy claras que se basaban en afirmaciones como “Quiero ayudar a las mujeres , hacer que su vida sea mejor” y “Quiero unir lo bello y lo moderno”. Con un aspecto un tanto peculiar, en el que destacan su enorme pajarita y sus invariables gafas de pasta cuadrada Elbaz consiguió devolver el prestigio de una prenda: el vestido. Hizo varios estudios sobre el drapeado y empleó su gusto y su talento en la estructura.
Sin duda Elbaz ha conseguido que Lanvin sea otra vez una de las casas de mayor éxito mundial. Sus vestidos, sus abrigos, sus bolsos y su elegante bisutería han adquirido un enorme prestigio y las ventas de la firma se han multiplicado en estos últimos años. Esperemos que la exposición que se proyecta para el 2015 como un apoteosis de un aniversario plagado de celebraciones sea, bajo su batuta, un nuevo alarde de imaginación y modernidad.



Albert Elbaz
LANVIN: UN ANIVERSARIO INACABABLE

