ISABEL SANCHÍS: "MI PRIORIDAD ES MI CLIENTA"

Lleva más de 30 años trabajando en el mundo del alto diseño. Es Dedal de Oro y ha recibido varios premios a la excelencia profesional. Vende sus modelos en más de 40 países de todo el mundo, va a las ferias internacionales más cotizadas, participa habitualmente en la Bridal Barcelona Fashion Week con su línea de novias, madrinas e invitadas. Sus vestidos los han llevado mujeres de bandera y han sido fotografiados en las alfombras rojas. Cuenta con tiendas propias en Kuwait y en su ciudad natal, Valencia, y con puntos de venta en muchos países. Además de su dilatado trabajo, la diseñadora Isabel Sanchís, junto a su hija Paula, ha presentado por tercera vez sus esculturales colecciones en MBFWM para la próxima primavera-verano.

Isabel Sanchís es autodidacta. Cose desde su adolescencia y tuvo las agallas de dejar un trabajo estable para fundar una pequeño taller de costura. Sus amigas se ponían sus diseños y así empezó a crecer su fama. De sus 4 hijos, Paula es la que ha seguido sus pasos, y su nieta mayor de 12 años, también apunta maneras. Su nueva colección para la primavera-verano 2022 ha querido ser una simbiosis entre moda y artesanía. Ella misma nos ha hablado de cómo ha acudido a oficios como plisadores, bordadores, artesanos del metal y proveedores de tejidos especiales. 

En la colección aparecen drapeados delicados y plisados al bies en contraposición a diseños más estructurados y volumétricos. También están presentes vestidos de alta costura en los cuales siempre aparece el sello indiscutible de la elegancia, logrando una colección sublime. La paleta cromática va desde el rosa flúor hasta tonos pistacho, naranjas, verdes, junto con laminados y detalles metálicos. 

-¿Qué resaltaría en esta colección? 

-Su alegría y positividad, su creatividad, su sostenibilidad y el trabajo artesanal. Hemos querido hacer una oda a todas esas profesiones y oficios que están detrás de los desfiles. Hemos trabajado mucho las prendas con plisadores, artesanos de la piel, los tejedores… Y este año, la novedad es que hemos utilizado materiales reciclados de botellas de plástico. Uno de ellos va a estar en exposiciones y creo que nos lo comprarán. 

-Habitualmente vuestras colecciones son de alta costura... 

-Sí. Esta es una colección pequeña de 40 trajes, es más sencilla. Nuestras colecciones tienen siempre 90 piezas o más, porque como vendemos a mujeres muy diferentes, así siempre encuentran algo a su estilo, tanto muy sofisticado como más sencillo. Antes de la pandemia nuestras colecciones eran muy amplias. 

-¿Qué tal se vendió la anterior con la pandemia por medio? 

-Bastante bien, mejor que la anterior porque ya se ha empezado a hacer vida social normal. Los árabes, sobre todo, aunque más discretos, igual que América, que nos compra mucho. Asia e Italia siguen un poco retraídas aún. Y en España se está volviendo con ganas. Estos meses la venta online ha funcional estupendamente. 

-¿Cuál es su pieza favorita? 

-Destacaría un vestido con doble plisado en rafia, que no tiene peso y al mismo tiempo tiene mucho volumen. Hemos conseguido también volumen con aplicaciones de silicona y con algunas telas plisadas y cortadas al bies, lo cual es complicado porque esa técnica manda y a lo mejor no sale lo que quieres hacer con ella. También algunas estampaciones delicadas en tono flúor que nos hacen en nuestros talleres. 

-¿Dónde adquiere los tejidos? 

-Adquirimos las telas en las ferias de París, porque en España hay sólo distribuidores, desgraciadamente no se fabrican. También en Suiza y en Italia, maestros en el estampado. 

-¿Va a ir a la Semana de la Moda de París? 

-Sí, estaremos como otros años en un showroom para nuestros clientes presenciales, aunque algunos países harán las compras online. La gente todavía es reacia a lo presencial.

-¿Se pone nerviosa antes de un desfile? 

-¡Mucho! Aunque ya soy veterana en estas lides, quiero que todo salga perfecto y casi siempre pienso que falta o que sobra algo. 

-¿Hay algo que se negarías a hacer? 

-Algo que no sentara bien a mis clientas. Yo siempre miro que el vestido nos embellezca, que una clienta, por llenita que esté, le favorezca ese traje, es para mí una obsesión. A veces descartamos diseños porque, aunque sean muy creativos, no se van a vender. Pensamos ante todo en nuestras clientas. A las mujeres jóvenes, delgadas y altas les va bien todo, pero yo lo que quiero es que todas las mujeres en cualquier ocasión se sientan bien y especiales con su traje. La ropa nos tiene que revalorizar: qué importante es sentirnos bellas porque lo demás viene solo, nos da seguridad. Parece mentira, pero es así, y las mujeres lo sabemos. 

-¿Ha empezado a coser ya a medida? 

-Sí, en realidad nunca he parado. Aunque hay clientes que nos compran tallas hechas, casi todo lo hacemos a medida. A veces nos envían las medidas y la foto de una persona y se hace el patrón exclusivo para esa persona, esto es muy común. Y nuestras tiendas han funcionado este año de maravilla. 

-¿Cómo ve el futuro? -Yo soy muy positiva. Tenemos que seguir luchando. Y seguiremos trabajando porque mientras haya personas que quieran vestir bien y lucirse en un evento, el mundo de la costura seguirá. Las bodas han vuelto con todo su esplendor. Veo el futuro con mucha esperanza y eso es lo que levanta a las empresas. Aunque pensemos que esta temporada ha sido horrible, mañana siempre será mejor. 

-¿Cómo trabaja con su hija Paula? 

-Es supertrabajadora, formamos un gran tándem, porque ella es la más lanzada con los diseños y yo tengo la experiencia, así que el dúo perfecto. 

-Tiene tiendas propias en Valencia y en Kuwait, ¿para cuando en Madrid? 

-Queremos abrir tienda en Madrid lo antes posible porque Madrid es una ciudad de mucho negocio, pero de momento por la pandemia lo hemos parado un poco. Aún así mucha gente viene en AVE a nuestra tienda de Valencia, pero en Madrid prefiero ir despacio, tener gente muy preparada en una tienda y luego abrir la siguiente y así.