"YO HAGO MI PARTE"
OPINIÓN, Enero 2021Colibrí
Potenciar la economía circular
Es lógico que después del año 2020, que no ha sido precisamente un remanso de buenas noticias, enfilemos el 2021 con el deseo de acumular noticias buenas y positivas. Unos días antes de la Navidad nos llegó la información de que el Papa Francisco había recibido el Premio Internacional de la “Asociación para la Protección de Medio Ambiente de la Academia Kronos”, que se otorga por cuarto año consecutivo bajo el título de “Yo hago mi parte”. El motivo de esta distinción al Santo Padre es, según se dice en la carta que otorga el Premio, “haber puesto en el centro de su acción pontificia el tema de la ecología integral y el patrimonio cultural compartido en una lógica de desarrollo sostenible y solidaridad universal dirigiéndose a cada persona que habita en nuestro Planeta”.
El título del premio “Yo hago mi parte” se materializa en una pequeña escultura hecha de material reciclado que representa un colibrí y se basa en una curiosa fábula africana. Se cuenta que durante un gran incendio forestal todos los animales huían hacia el rio, menos el pequeño colibrí que voló en dirección contraria llevando en su pico una pequeña gota de agua y diciendo “yo hago mi parte”. La fábula sirve como mensaje a todos los habitantes de la tierra recordándoles el deber de hacer “su parte”, incluso a través de las acciones diarias más corrientes y diminutas, tomando conciencia de la importancia de cuidar y respetar nuestra “casa común”.
Es alentador ver cómo en todo el mundo avanza el interés por la ecología y desde las grandes instancias internacionales -como son las Naciones Unidas- proclaman “Decenios” sobre este tema, como por ejemplo el titulado “Energía sostenible para todos” (2014-2024). También se nota un mayor interés de los adolescentes que critican el inmovilismo en la lucha contra el cambio climático y apuestan por una forma de vida más respetuosa con el planeta.
La idea de un arraigo, de una penetración cada vez mayor entre la gente joven, ha calado también en el prestigioso Premio Goldman 2020 para los defensores del medio ambiente llamado “el Nobel del Medio ambiente”. Este último se ha entregado a la bahameña Kristal Ambrose por su lucha contra los plásticos, que se llamará este año en las Bahamas “año verde” y que ha contado con un programa de educación medioambiental para los escolares, “Juniors Plastre Warriors”, que incluye un desfile de moda sobre la temática del reciclado.
El futuro del ser humano
Basura en el mar
Respetar la naturaleza
"YO HAGO MI PARTE"
Es de notar la gran incidencia de la ecología en la industria de la moda calificada por Naciones Unidas como la segunda industria más contaminante del planeta después de la petrolera. Greenpeace aventuraba recientemente los nombres de las prendas de 81 marcas más contaminantes de la industria de la moda, entre que se contaban algunas españolas. Aquí el último eslabón de la cadena es el cliente (y todos somos clientes de la moda), que debe tomar una serie de actitudes para fomentar el reciclado de las prendas y reclamarlo en sus compras. Se está fomentando mucho en este sector el modelo de la economía circular que sustituya el antiguo sistema de “producir, usar y tirar” por el de poner en el mercado productos cada vez más sostenibles.
Será fundamental recordar también esta idea expresada por el premiado Papa Francisco en su espléndida encíclica ecológica “Laudato si” en la que afirma que “el ambiente humano y el natural se degradan juntos y no podemos afrontar el problema ambiental sin resolver la degradación humana”. Una idea muy amplia y positiva que se puede adaptar a las situaciones de cada país y en cada momento histórico.
Premio al Papa Francisco
El tema ecológico choca lastimosamente en la actualidad con las situaciones y leyes que no tienen en consideración, al menos en la práctica, que el centro de la ecología, el ser vivo más importante de la naturaleza, es la persona humana. No puede dejar de resultar una cruel paradoja que en medio de un interés por los temas ecológicos y de inmenso respeto por la naturaleza no se respete el valor del embrión humano, con las leyes en favor del aborto, o de aquellas que se erigen en árbitros del final de la vida humana por medio de la eutanasia, que necesitan de sicarios y no están casi a la altura de especie protegida.
Las ideas que el Papa Francisco expone en sus intervenciones y que han sido valoradas por el premio reconocen el valor de la ecología integral calificada como “una nueva visión que puede convertirse en un faro” , un mensaje que no está dedicado solo a los poderosos sino a todos los habitantes de la tierra confiándoles el deber de hacer su parte, incluso como un humilde colibrí, a través de muchas acciones pequeñas y diarias.