LAS ILUSIONES POSITIVAS
OPINIÓN, Septiembre 2020Dior y las muñecas
Lacroix diseña para Desigual
En nuestro lenguaje corriente y en los medios de comunicación han aparecido recientemente una serie de vocablos nuevos: recesión, desescalada, fondo de recuperación, rebrotes, pandemia… El dichoso Covid19 los ha puesto en circulación para abarcar los distintos aspectos de sus desmanes. Pero existe un término repetitivo y antiguo que planea sobre todos los demás queriendo resumir la situación actual y sobre todo la futura: CRISIS, algo que ha penetrado en el mundo empresarial, que ha vapuleado al mundo de la moda, al ambiente familiar y sobre todo a la moral y al psiquismo de los seres humanos. ¿Quedan ante las más que previsibles y fatídicas secuelas de la crisis algún retazo de optimismo? Todo es posible y deseable si sabemos potenciar un término que afortunadamente se está poniendo también de moda: “las ilusiones positivas”.
Recientemente ha llegado a mis manos un escrito de Albert Einstein, el famoso científico descubridor de la teoría de la relatividad (1870-1955), en el que habla de su visión sobre las crisis en general. Sus palabras cobran una gran actualidad. “La crisis -dice Einstein en los primeros párrafos- es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias”.
Tenemos ya algunos ejemplos alrededor. La moda no para de tantear soluciones para nivelar algunos desvaríos y excesos objetivos y no se resigna a claudicar. Hemos visto recientemente a la Alta Costura de París inventar mil soluciones para que su nombre y su prestigio no se erosionen, buscando nuevas alternativas y propuestas más arriesgadas y creativas. Dior ha presentado una colección de ritmo cinematográfico con modelos en medio de los bosques, Schiaparelli una colección “imaginaria “ con diseños de papel y Giambatista Valli ha dado un paso más en su barroquismo lleno de detalles simbólicos.
También hemos podido conocer detalles reveladores a nivel personal en tiempos difíciles. Un diseñador excepcional, Christian Lacroix, tuvo que cerrar su taller de costura en el año 2009; sin embargo se dedicó desde entonces a crear moda para ocasiones puntuales y distintas. Esta última temporada en plena pandemia le hemos visto crear una romántica y colorista colección para la firma Desigual y triunfar en su nueva etapa de decorador de lujo para aquellos que no quieran escatimar nada para obtener una casa confortable. Lacroix asegura: ”La crisis ha agudizado mi ilusión creativa. No entiendo nada de chanchullos empresariales. Soy un creador y lo seré hasta mi muerte”.
Shelley Taylor
Einstein
Tali Sharot
LAS ILUSIONES POSITIVAS
Una de las mejores recetas a nivel personal contra cualquier crisis es el optimismo. Una característica que influye en nuestro cerebro, nuestro corazón y nuestro talante. Este tema lo han investigado con detalle desde distintos puntos de vista varios científicos. Una de las pioneras en esta investigación es la psicóloga Shelley Taylor, que ha sido galardonada recientemente en la XII edición de los premios anuales de la Fundación BBVA “Fronteras del conocimiento” en su categoría de “Humanidades y ciencias sociales” por sus investigaciones. Taylor se ha revelado como una excelente impulsora de lo que ha calificado con un término muy atractivo, "las ilusiones positivas", que es potenciar la tendencia humana de ver el futuro con un optimismo superior y de la forma más positiva incluso de lo que probablemente será. Algo que, según los expertos, supone una gran ayuda porque esperar cosas buenas hace que intentemos hacerlas.
Se ha referido también a este tema en su último libro "La ciencia del optimismo" la profesora de Neurología del University College de Londres Tali Sharot, que apuesta por lo que llama el “optimismo privado”, aquel que persiste ente conflictos generales, pandemias, cifras altisonantes de desempleo y tantas otras a las que nos estamos acostumbrando. La autora opina que la gente optimista se plantea siempre objetivos más ambiciosos a pesar de las circunstancias colectivas desfavorables y, aunque no los alcance, logra llegar a metas mayores. Es algo que el sentido común ya nos ha advertido cuando proclama que lo peor no es no lograr los objetivos sino no tenerlos.
Decoración de Christian Lacroix
Podríamos citar quizás otras recetas “anti-crisis” recurriendo otra vez al tema de la moda y ver cómo algunos diseñadores han proclamado en los momentos actuales o en otros parecidos poner el acento en la calidad. El presidente de la casa Dior, Sidney Toledano, declaraba ante los tiempos difíciles: “En el contexto actual de crisis económica no es ya ¿qué hay de nuevo? sino ¿qué hay mejor? Lo que hay que conseguir es la excelencia en el producto”. Está claro que el trabajo y la creatividad no se rinden. Lo palpamos en la cantidad de pistas y soluciones que ensayan las empresas para adaptarse a nuevos cánones y sistemas más acordes con los nuevos tiempos y hay algo a lo que no renuncian: al valor del trabajo bien hecho, a la enorme potencia de la “ilusión optimista” que se lanza a aceptar los riesgos del trabajo difícil y al reto de la superación constante.
Todo esto parece muy acorde con los que continuaba diciendo Albert Einstein en sus elucubraciones sobre las crisis: “La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. Sin crisis no hay méritos. En las crisis es donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora que es la tragedia de no querer luchar por superarla”.