BELENES DE ESPAÑA: ARTE Y SORPRESA
OPINIÓN, Diciembre 2017Belén napolitano de los Duques de Cardona
Belén con figuras de Salzillo
La Navidad genera siempre buenas noticias que son como un soplo de brisa entre algunos sucesos catastróficos que envuelven a nuestro mundo. La semana pasada se inauguró el llamado “mayor Museo de Belenes del mundo”. Un empresario malagueño Antonio Díaz, gracias a su amor y respeto por el nacimiento de Jesús y los símbolos más genuinos que lo representan, ha conseguido su sueño de coleccionista recopilando miles de figuras de pesebre de todo el mundo para montar un museo en su pueblo natal, Mollina, cerca de Antequera.
Está situado en un edificio de 5.000 metros cuadrados de arquitectura moderna y dentro alberga una exposición de 60 belenes y más de mil figuras de reconocidos artistas nacionales e internacionales. Pero eso no es todo: el museo –que permanecerá abierto todo el año- tiene en el taller de restauración otros 200 belenes y más de 5.000 figuras que se irán exhibiendo año tras año.
Este bonito “proyecto belenes”, como le llama su promotor, es una agradable sorpresa navideña y una clara consecuencia de la tradición belenística tan arraigada entre las tradiciones españolas que tiene un recorrido histórico de siglos. En el siglo XV lo trajeron a nuestro país los franciscanos cuando se plasmó en figuras inertes la representación humana de un nacimiento viviente que había instalado San Francisco de Asís en el pueblo italiano del Greccio.
Algunos datos y recuerdos nos permiten reconocer la costumbre del belén en España desde tiempos lejanos como por ejemplo en el monasterio de las Descalzas Reales de Madrid, donde se conserva un belén del siglo XVI con figuras talladas en coral, plata y bronce, y en el inventario del escritor Lope de Vega, fechado en el siglo XVII, constan las figuras del belén que ponían en su casa.
Detalle del Belén del Príncipe
Antonio Díaz, promotor del Museo de Mollina
Diorama de Laguardia, La Rioja
BELENES DE ESPAÑA: ARTE Y SORPRESA
Aunque en el siglo XVIII ya había entrado el belén en muchos hogares españoles, el boom de la expansión belenística, y con ella el arte de los belenes napolitanos, llegó de la mano del Rey Carlos III que ocupó el trono de Nápoles y encargó varias figuras de belén a grandes artistas valencianos y murcianos para su hijo Carlos IV, al que se llamó “El belén del Príncipe”, algunas de cuyas figuras se conservan todavía en el Palacio Real. Desde entonces los belenes napolitanos están altamente celebrados en nuestro país, como pudimos comprobar en las navidades del 2015 con la exposición del belén napolitano de los Duques de Cardona en el palacio de Cibeles.
Rastreando entre otros actuales belenes españoles de categoría por su arte y su y originalidad, me he quedado asombrada de la gran cantidad de belenes maravillosos que alberga nuestro país. Imposible citarlos siquiera a todos los que lo merecen sobradamente. Me he tenido que conformar con algunos ejemplos que pueden representar cómo la tradición belenística, a pesar de algunas embestidas “laicistas” o de mal llamadas “progresista”, dominan el panorama español del momento. En todos hay ideas fantásticas y son motivo de agradables sorpresas.
¿Sabían Vds. que el Belén Bíblico de Jerez de los Caballeros presume de ser el belén monumental más grande de Europa con sus 7.000 figuras distribuidas en 500 metros y con paisajes de Belén, Nazaret y Egipto? Es un punto fuerte de las rutas de belenes extremeñas. En la Rioja está asentado el belén de Laguardia, muy barroco, con figuras articuladas dotadas de movimiento para representar distintas escenas de la infancia de Jesús que convierten a este belén en una auténtica pieza teatral. En Cantabria se puede encontrar el belén de Barcenaciones, con las casitas hechas todas con corchos de botellas y tejados de piñas con una maqueta que reproduce el pueblo.
Nacimiento de las Descalzas Reales
Belén tradicional del Hospital S. Rafael
Detalle del belén de Jerez de los Caballeros
Belén monumental de Xátiva
Belén de chocolate de Rute, Córdoba
Belén reciclado de Barcenaciones
Un belén del Museo de Mollina
Belén tradicional franciscano
Belén del Palacio de Cibeles
Otra sorpresa histórica hallada es el belén mudéjar de los marqueses de Algaba, en Sevilla, con varios edificios emblemáticos de la ciudad que recrean la época medieval y además incluye actuaciones musicales de coros. En Xátiva (Valencia) nos encontramos con un belén tradicional con figuras de tamaño natural y animales vivos: gallinas, patos, conejos…
Para los que les atraen los belenes “insólitos”, no tiene precio el belén de chocolate de Rute, provincia de Córdoba. Cuatro meses antes de Navidad los artesanos modelan incansables un belén enteramente de chocolate blanco y negro ¡1.500 kilos de chocolate! para diseñar un pueblo y 170 figuras históricas entre las que se incluyen algunos personajes de actualidad. Menos dulce pero más aparatoso resulta el belén de Las Canteras, en las Palmas de Gran Canaria, para cuya ejecución se requieren 240 toneladas de arena.
Y para los que prefieran un belén muy tradicional pero con sorpresas luminosas tendrán que ponerse en la cola de los alrededor de 20.000 madrileños que visitan cada año el belén del Hospital de San Rafael, de los Hermanos de San Juan de Dios, en el que se alternan el día y la noche por el mecanismo continuo de unas luces progresivas.
Si se quiere intentar la aventura de ver de una sola vez distintos tipos de belenes y variedad de escuelas, se puede acudir al nuevo Museo de Belenes de Mollina (Málaga) que se acaba de inaugurar. Hay belenes de todas clases: tradicionales, modernos, en diorama, en miniatura y hasta monumentales, como el de 25 metros de altura que representan las 8 provincias andaluzas…
El quid de todos los belenes que se encuentra en tantos lugares y de tantos otros que presiden muchos hogares españoles con la ilusión y la paz que irradia el nacimiento de Cristo, lo resume con toda sencillez una frase de Antonio Díaz, el promotor del Museo de Mollina: “Hemos nacido en un país católico y nuestras vivencias navideñas están ligadas a los villancicos y a los belenes”.