LAS MÁQUINAS VENDING PACTAN CON LA MODA
OPINIÓN, Noviembre 2017Máquina vending de Uniqlo
Tradicional máquina de snacks y bebidas
Hasta hace poco las máquinas “Vending” estaban consideradas como aquellas máquinas automáticas que podían satisfacer rápidamente las necesidades del momento: bebidas frías y calientes, chocolatinas, frutos secos y otros muchos productos fáciles y saludables. Pero han ampliado su campo de acción para entrar en el terreno de la moda. Uniqlo to go es el nombre de la nueva Vending atenta a las necesidades de los clientes que quieran comprar ropa.
En Estados Unidos ha empezado ya a operar la nueva máquina lanzada por la gigantesca empresa japonesa Uniqlo para vender prendas de vestir para personas con falta de tiempo o de ganas para pensar en lo que van a comprar o en lo que se van a poner. La primera Vending funciona ya en el aeropuerto de Oakland en California y en los próximos meses se expenderán más máquinas en Nueva York, Hollywood y otras ciudades americanas.
Su funcionamiento no puede ser más simple. Se trata de máquinas llenas de ropa –para hombre y para mujer- que se pueden ver a través de pantallas táctiles para que el cliente seleccione su opción de compra. A continuación se pulsa un botón y un brazo mecánico completa el proceso recogiendo el artículo escogido y llevándolo hasta una ventana que el comprador debe abrir para retirar su mercancía.
La empresa pionera de esta máquina, llamada el Zara japonés, siempre a la caza de innovaciones y métodos de trabajo y de ventas, forma parte del grupo “Retailing” que pretende satisfacer los deseos de los consumidores con Uniqlo como bandera desarrollando, a todos los niveles, prendas funcionales, básicos esenciales y su concepto del “life wear”. Es significativo el dato de que 1 de cada 4 japoneses tiene un forro polar de esta marca que ha adquirido por 20 euros.
Maquina de chanclas Havaianas
Ropa deportiva de Nike
Vending de Chanel
LAS MÁQUINAS VENDING PACTAN CON LA MODA
A finales de septiembre, Uniqlo, como parte de su rápido proceso de internacionalización, ha aterrizado en el Paseo de Gracia de Barcelona con una tienda de 1.700 metros cuadrados y cuatro plantas. Su modelo de negocios se basa en la producción de grandes cantidades de muy pocos modelos y cuenta con 1.800 tiendas repartidas por todo el mundo. Su presidente, Tadashi Yanai, el hombre más rico del Japón, ha demostrado durante la inauguración de la tienda de Barcelona, su intención de abrir otra tienda en Madrid y en otras poblaciones españolas. Todavía no ha hablado de si piensa instalar en nuestro país máquinas Vending pero es bueno que vayamos conociendo sus intenciones por si acaso.
Está claro que la moda se siente urgida por una característica de nuestros días: la valoración de la rapidez, el empuje de las prisas, y a muchos les puede parecer un verdadero chollo poder comprar en la espera de un aeropuerto una cazadora, o un jersey con la misma rapidez que un sándwich o un café.
Es en definitiva una versión más en el cambio de ritmo que está sacudiendo a la moda en su forma de relacionarse con la gente. Primero se asistía al dominio absoluto y preservado de las dos temporadas anuales, seguimos después con las colecciones intermedias… Los diseñadores de distintas categorías conectaban directamente con sus clientas, cada vestido exigía varias horas de trabajo y hasta se hablaba de 3 ó 4 pruebas.
Máquinas vending en Japón
Desde hace bastante tiempo la moda ha dejado de ser un asunto entre el modisto y su clienta, se ha perdido el contacto humano, y los anuncios imperativos de la publicidad (“¿Lo quieres? ¡Lo tienes!”) parecen impulsar al consumismo irreflexivo. Sin embargo hay señales de que afortunadamente la moda no piensa abdicar de su aureola mágica a golpes de timbrazo.
Mientras se discute el auge del “See now buy now” y nos amenaza la eficacia de las “Vending”, se nota grandes intentos de valoración de la artesanía, y en muchos ámbitos la forma de convertir las colecciones en un bonito espectáculo. También algunas tiendas de low cost y hasta grandes almacenes buscan decoraciones exquisitas, de muy buen gusto, y se instalan en los mejores barrios de las ciudades o en edificios emblemáticos que antes solo parecían indicados para las grandes firmas de costura.
¿Se dejará arrastrar la moda por los acuciantes motivos de rapidez y eficacia práctica o seguiremos también valorando el ritmo de la reflexión, la critica serena que sabe descubrir los pros y los contra de un modelo y su adaptación a la propia personalidad? Sería estupendo que esta segunda opción pudiera seguir teniendo un lugar preponderante en la moda de nuestra época.