TRES CONSEJOS DE UNA EX GORDA
IMAGEN, Enero 2020Una manzana llena si sientes hambre
Acostúmbrate a tomar cosas sanas
Ya está aquí el nuevo año y con él su temida cuesta de enero: depresión postvacacional, más frío, recoger los adornos… Pero no podemos quedarnos con el lado negativo, muy al contrario debemos empezar el año con el pie derecho y motivarnos a cumplir todos los retos que no hemos podido llevar a cabo en el pasado, sueños que postergamos, objetivos que sabes que no debemos dejar que pase ni un día más sin perseguirlo.
Por ejemplo, empezar con buenas costumbres de belleza como pintarte con regularidad las uñas, hidratarte cada vez que sales de la ducha o desmaquillarte cada noche sin excepción. O por ejemplo perder ese peso que hemos cogido en Navidad y el que cogimos las Navidades pasadas y las anteriores… y que se van sumando y acumulando y tanto daño sabes que te hace.
El sobrepeso no sólo es antiestético sino que sobre todo es peligroso para el corazón, el riego sanguíneo, los huesos y movilidad, acelera en envejecimiento, ralentiza el metabolismo, favorece el dichoso sedentarismo y entramos en un círculo muy vicioso.
Comer es algo maravilloso, uno de los mayores placeres de la vida como la siesta del verano y oler las páginas de un libro nuevo… pero como todo, en exceso es malo. Ahora bien, seguro que estás cansada de intentarlo todos los días, todas las personas merecen tener éxito en sus afanes cuando se esfuerzan en un reto. Tal vez ese sea el problema: te esfuerzas demasiado (y de forma tal vez demasiado estricta) durante unos días y cuando tu cuerpo ya no puede más (por carencias de vitaminas, hidratos, azúcares buenos…) te das el atracón y obtienes el efecto opuesto a lo que perseguías: coges más kilos de los que llevabas perdidos. Y ¿por qué ocurre esto? Porque el cuerpo no resiste una dieta severa restrictiva en cantidad o en alimentos durante mucho tiempo, ¡por no hablar de lo insano que es!
El secreto es cambiar de hábitos
Libro "La Antidieta"
Bebe agua a menudo
TRES CONSEJOS DE UNA EX GORDA
El cuerpo retendrá lo poco que ingieras y además ralentizará el metabolismo para sobrevivir con tan poca energía. Sentirás cansancio, debilidad y hasta mareos. Y luego, el día que te lo saltes, encima tendrás esa mentalidad de: “hoy comeré todo lo que pille, ya que me lo salto, me lo salto a lo grande. Mañana será otro día”, y entonces comerás muchísimo más que si no estuvieses haciendo una dieta.
Entonces… ¿Cómo lo hacemos? Bueno, pues como una ex-gorda, déjame que te dé unos consejos valiosísimos, que si comprendes y asimilas te van a permitir adelgazar poco a poco y en verano sentir que eres esa persona que recordabas o que siempre quisiste ser. Las prisas no son buenas. Adelgazar es un cambio de hábitos y los resultados debes obtenerlos poco a poco. Olvídate de la báscula y empieza a cambiar el chip, cambiar dos o tres costumbres y poco a poco verás cómo tu cuerpo toma una forma nueva y maravillosa. Toma nota:
1. Bebe agua, toda la que puedas. Al principio da mucha pereza pero luego no podrás pasar media hora sin dar unos cuantos sorbos. Lo ideal es que lleven una botella de cristal (no de plástico) encima siempre. Deberíamos beber un mínimo de 2 litros al día lo que suponen 4 botellines de medio litro, 8 vasos de agua… calcúlalo como quieras.
Camina siempre que puedas
2. Caminar 20 minutos al día te va a cambiar la vida: te oxigena la sangre, te activa la circulación, quemas calorías, aceleras el metabolismo, segregas endorfinas… lo vas a notar en los michelines, la celulitis que irán desapareciendo, en la tez de la piel que la encontrarás más hidratada y rejuvenecida, en tu estado de ánimo… hazlo sin excusas, sin “hoy no porque…” aunque sea tarde, aunque no te apetezca, aunque tengas que quitarte esos 20 minutos de dormir (que seguramente podrías quitárselos a una serie de TV, ¿a que sí?).
3. La cena es lo más delicado. En el libro "La Antidieta" (que ha ayudado a millones de personas a perder peso para siempre) dicen que el ser humano debería ingerir hidratos en el desayuno y el almuerzo, legumbres y verduras en la comida, y en la cena, sólo en la cena, las proteínas porque al ser más difíciles de digerir, provocan sopor. El hecho de llegar a casa tarde y hambrientos no ayuda: abrimos la nevera o la despensa y arramplamos con todo lo que pillamos. Bueno, hay dos formas de evitar ese desastre: una es tomar algo a media tarde: una manzana, unas zanahorias, un puñado de frutos secos… La segunda es no comprar comida basura y así si llegas muerto de hambre puedes tirar de más fruta, verdura, etc.
Si tienes algún evento, no hagas el cafre, puedes tomar algo que sabes que no debes: probarlo, no hincharte a comer como si fuese el fin del mundo. Piensa que esto es un cambio “para siempre”. No es cuestión de morir de hambre sino de cambiar las costumbres.
Haz estas tres cosas durante 8 meses, no te lo saltes, hazlo por ti y por nadie más. Sólo 8 meses y verás cómo pierdes unos 15 kilos sin sufrir y sin rebotes. Y por último y más importante, verás qué verano más sensacional pasas, cómo cambias tu fondo de armario poco a poco, cómo te cambia el humor y el metabolismo.