TOMA EL SOL DE FORMA SEGURA
IMAGEN, Julio 2018Protege tu rostro con sombreros
Aplica abundante crema solar
Es un tema que se repite con frecuencia pero que hay que recordar. Nos encanta tomar el sol porque es fuente de vitaminas y calcio y nos proporciona optimismo y vitalidad. Pero… es peligroso. Cuando somos jóvenes no damos importancia a estas cosas y permanecemos horas y horas tomando al sol con muy poca o nula protección solar por el afán de lucir morenos y saludables. Pero lo único que se consigue es irritar la piel o dañarla para siempre (te recuerdo que la piel tiene “memoria”). Hay que consultar siempre al dermatólogo cuando aparezcan lunares sospechosos.
Los rayos UVA y UVB cuando entran en contacto con nuestra piel provocan consecuencias, y muchas veces irreversibles: a corto plazo pueden causar quemaduras, alergias, manchas, mientras que a largo plazo aceleran de manera significativa el envejecimiento, destruyendo el colágeno y la elastina y provocando problemas de pigmentación. Además, en el peor de los casos se produce una mutación de las células que puede desencadenar en cáncer de piel, el temido melanoma.
Si somos cautos el sol se nos presentará como una fuente saludable de vitaminas, un placer… y no una tortura. La vitamina D que proporciona el sol es fundamental para que se fije el calcio en los huesos, sobre todo para las mujeres que ya hayan cruzado el umbral de los 50 años. Pero hay que recordar que con sólo 15 minutos diarios se cumple esta función. Cuanta más melanina tenga la piel, más oscura será. La melanina es la defensa natural frente a los efectos dañinos de la luz solar, de este modo las personas con la piel más clara necesitarán un SPF más elevado.
Es muy importante proteger la piel a lo largo de todo el día, aunque esté nublado y te dé la sensación de que el sol no “pega”. Lo ideal es escoger un protector solar de alta protección (a partir de 30 SPF). Elige uno con propiedades cosméticas, que logre introducir un nivel de protección alta pero con una textura ligera y fluida para que se adapte a tu tipo de piel, especialmente si tienes la piel grasa, y que no contengan parabenos. Los hombres deben protegerse también de igual forma. Y no digamos los niños. Los menores de 3 años no deben estar sin protección en absoluto: deben estar expuestos siempre con camiseta y gorrito.
Renueva con frecuencia el protector
Aplica después del baño
Previene quemaduras en los niños
TOMA EL SOL DE FORMA SEGURA
Además de una buena crema bronceadora con alta protección que deben aplicarte unos 30 minutos antes de ir a la playa, usa gafas de sol buenas, sombreros y ropa de algodón. No olvides proteger cuidadosamente el escote, el cuello, las orejas y las manos y los empeines de los pies, que se queman con frecuencia.
Hay que ser generoso a la hora de aplicar la crema protectora y no tratar de economizar producto y dejarlo para el año que viene, pues caducan y dejarán de ser eficaces. Y otros errores frecuentes son utilizar protecciones bajas y tardar demasiado tiempo en repetir la aplicación. Aplicar una capa demasiado fina reduce el efecto a la mitad. Para que el filtro solar resulte eficaz, hay que volverlo a aplicar cada dos horas y después de cada baño o cada vez que uno se seque con la toalla.
Ten en cuenta que los riesgos relacionados con los rayos UV cambian según la hora, es decir, cuanto más vertical el sol, más corto es el recorrido de la radiación al atravesar las capas de atmósfera y alcanzar la tierra. Es entonces cuando hay más rayos UVB (los que producen las quemaduras). Por eso la forma más fácil de medir la intensidad del sol es usar la propia sombra: cuanto más pequeña e intensa es la sombra, el nivel de UV es demasiado alto. Cuando la sombra es el doble de larga que uno mismo, los niveles de UV son mucho más seguros, es decir al principio del día y a última hora de la tarde, y el bronceado será el mismo pero sin quemarse.
Todo lo que necesitas para una buena protección
Hay que usar protección incluso en los días nublados. Aunque el cielo esté cubierto, la mayoría de los rayos atraviesan las nubes. También es una simpleza pensar que porque estemos debajo de la sombrilla no necesitamos protección: los rayos reverberan en el agua, en la arena, en el pavimento de la piscina… y nos alcanzan inexorables.
La hidratación es importantísima. Hidrata tu piel tanto por dentro como por fuera. Bebe zumos, agua y utiliza una buena crema hidratante regeneradora por las noches. Y el mejor complemento que puedes utilizar este verano es el sombrero. Los de ala ancha, las pamelas grandes, sean de paja, de fieltro o cualquier otro material, son siempre muy elegantes y dan empaque a cualquier conjunto de ropa, incluso a un sencillo traje de baño o a un kaftán.