TUS FRAGANCIAS DE VERANO

Como sabes, no es lo mismo usar un perfume en invierno que en verano. Las fragancias de verano son mucho más ligeras y frescas, y debe ser así porque al mezclarse con la piel –que suda más- la reacción química suele ser más fuerte. El resultado ha de ser agradable y dar sensación de frescor sobre la piel. El binomio sol-perfume es muy peligroso y debemos tenerlo en cuenta. Si vas a estar al aire libre o en la playa nunca te perfumes directamente sobre el cuerpo, hazlo sobre el cabello o sobre prendas como el pareo o el caftán.

Los aromas traen recuerdos y, como la ropa que llevamos, habla de nuestra personalidad y dicen cosas de nosotros. Pero también tiene su propio lenguaje: la rosa habla de amor, el azahar de gozo y candidez, el jazmín de sensualidad… Un aroma nos gusta o no nos gusta instintivamente. Cuando olemos algo reaccionamos inmediatamente, para bien o para mal.

Aunque las hay todo el año, las marcas de fragancias lanzan todas las primaveras aromas más frescos y versiones ligeras de sus productos estrella. Usan ingredientes como las flores blancas jazmín, nardo o azahar), o temas frutales (melocotón), herbales (vetiver, musgo), especiados (vainilla, sándalo, nuez moscada) y cítricos (mandarina, bergamota, pomelo, lima). Son aromas alegres, estimulantes y frescos.

Las notas amaderadas y ambarinas son más propias del invierno. De todos modos, para fiestas nocturnas sí puedes usar aromas más dulces y florales, como los perfumes creados a base de la rosa de Bulgaria, en la medida justa para no marear al vecino. Si usas un perfume con algún ingrediente de origen animal (almizcle, cuero), úsalo con mucha mesura porque son fortísimos. 

El sol, como sabemos, deja manchas indelebles en la piel si se toma en exceso. Y más aún si se usa perfume sobre la piel. El motivo es que la mayoría de los perfumes están elaborados a base de moléculas sintéticas, lo que no significa que sean peores que los carísimos naturales; simplemente son más asequibles consiguiendo la alquimia verdaderas maravillas olfativas. 

Algunos trucos 

El secreto de dejar un aura de fragancia deliciosa a tu alrededor es perfumarte poco pero en lugares donde permanezcan más tiempo en tu piel, por ejemplo, en las zonas de pulso como las muñecas o la parte interior de los codos, la zona lateral del cuello (carótida), la nuca, las corvas de las rodillas, detrás de las orejas, en el nacimiento del pelo… Esto siempre que no vayas a tomar el sol. En la ropa que te vayas a poner vaporiza suavemente con la colonia. Y no necesitas más. 

Para elegir una nueva fragancia tómate tu tiempo, prueba sobre la piel, pero no más de 5 aromas seguidos, porque tu olfato se saturará y será incapaz de discernir. Sigue luego tu instinto y adquiere el que más te guste. 

Hay quien se cansa del mismo perfume y otros son muy fieles fiel a su fragancia favorita. Puedes comprar varios frascos y usarlos según las circunstancias, pero ten en cuenta que una vez abiertos hay que consumirlos cuanto antes porque el olor se desvirtúa.

Generalmente para el día será agua de colonia, pero para las tardes o las noches usa agua de perfume o perfume en cantidad discreta. Y no te olvides de poner unas gotas sobre el cabello. Para que permanezcan más tiempo sobre tu piel, usa tu colonia junto con la crema para el cuerpo de la misma fragancia después de la ducha. 

Existen también polvos perfumados en algunas marcas que no resecan la piel como erróneamente se tiende a creer y dejan una piel aterciopelada y con un olor delicioso y perdurable.