PALOMA CUEVAS, UNA “MAMA” SUPERELEGANTE

La bella esposa del diestro Enrique Ponce ha destacado siempre por su elegancia y porque su vida y sus actuaciones son como un remanso de paz y alegría en medio de una prensa rosa que se ve desbordada por noticias de rupturas matrimoniales y familias desestructuradas. Paloma Cuevas es ahora noticia por el nacimiento, el día 9 de este mes, de su segunda hija Bianca. “Prefiero que sea niña porque si es un niño seguro que va para torero”, había comentado.

Paloma Cuevas y Enrique Ponce se casaron en 1996. Su primera hija, Paloma, nació en abril de 2008. No hay acontecimiento social en el que participen que no destaquen por su simpatía. Paloma brilla siempre por su elegancia y no porque tenga un afán de protagonismo sino porque aúna un estilo personal envidiable con un corazón noble y una mente preparada. Es graduada en Ciencias Empresariales e Internacionales por la Universidad de Boston y ha seguido su formación con, entre otros, un curso de Asesoría Fiscal y Técnicas Tributarias Internacionales de Madrid. 

La elegancia nace, en muchas ocasiones, de saber valorar lo que se tiene, y si Paloma Cuevas valora algo sobre todas las cosas es su vida familiar: “Mi familia es lo más grande que me ha sucedido en la vida”. Le gusta la vida sencilla, sin grandes estridencias, que transcurre entre el contacto con la naturaleza de su cortijo de la serranía de Jaén y la vida urbana de la ciudad.

Y esta tendencia vital la traslada al mundo de la moda. Por eso es partidaria de los maquillajes muy suaves, del pelo suelto y libre, de la sombra débil sobre los ojos. Sus trajes, tanto los de día como para la noche, se adaptan siempre a su figura y a su estilo personal. Sabe elegir lo más adecuado en cada momento. Y siempre nos sorprende por saber llevar un paso más allá su elegancia.