¡FELIZ NAVIDAD!
OPINIÓN, diciembre 2011

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“Si las estrellas bajan para mirarle detrás de las estrellas camina un ángel”. En esta poesía de Luis Rosales se citan dos de los elementos de mayor calado en el escenario navideño: los ángeles y las estrellas. Los ángeles, que se arremolinaron junto a la cuna de Belén, fueron los mensajeros “veloces” de la noticia del nacimiento de Jesús. Las estrellas guiaron a unos Reyes Magos en su peregrinación hacia el portal. La Navidad está llena de mensajes, de símbolos y de sentimientos. Una fiesta familiar y entrañable que, por encima de crisis y dificultades, nos remite un legado imperecedero de paz y esperanza.
No hay más que salir a la calle de la mayoría de ciudades y pueblos de España para encontrarse con mensajes navideños en forma de un belén en un escaparate, o unas luces brillando en la noche. La moda rinde también su tributo a la Navidad, no solamente con sus tendencias para las fiestas, que este año nos muestran un registro inmenso de resplandecientes tonos dorados y plateados, sino que los diseñadores dejan por un momento sus trabajos entre telas y patrones para hacer más “fashion” la silueta de las arcadas que iluminan las calles más comerciales.
Nos gusta ver en las calles de Madrid las ideas de nuestros primeros espadas de la moda y también comprobar que algunos ponen su arte para dar lustre a un símbolo navideño inmortal: el árbol. Agatha Ruiz de la Prada nos ha sorprendido en alguna ocasión con su grandioso árbol plantado en la mismísima Puerta del Sol. Este año el diseñador Ion Fiz nos invita a que vayamos a ver su árbol en El Corte Inglés del Paseo de la Castellana…
Algunos han acusado al árbol de un origen pagano. Nada más lejos de la realidad. Se trata de una costumbre cristiana de hace ya varios siglos. El árbol cuajado de luces simboliza las luz del mundo que viene a nosotros en Navidad “para iluminar a los que yacen en tinieblas”. Sus adornos están también cargados de simbolismo. La estrella colocada en la punta del árbol, representa la fe que debe guiar la vida del cristiano recordando a las estrellas de Belén, las bolas o esferas de colores simbolizan los dones de Dios a los hombres, y los lazos representan la unión de la familia y de las personas queridas que en este día se aprestan a dar y a recibir.
La tradición del belén permanece inalterable año tras año. Una costumbre entrañable que nació en un frio invierno del año 1223, cuando San francisco de Asís recorría la campiña italiana de Rieti y la Navidad le sorprendió en la gruta de Grecio. Allí se le ocurrió la idea de reproducir en vivo el misterio del nacimiento de Cristo. Al principio eran “belenes vivientes”, representados por campesinos de aquellos lugares pero la idea se popularizó pronto en todo el mundo cristiano dando lugar a las tradicionales figuras que son una magnífica escuela de arte y de devoción.
Los Reyes Magos abren el capitulo de los regalos. Su proverbial “generosidad” hace que algunos acusen a estas fiestas de comercialización y de materialismo. Es cierto que algunos explotan esta vena comercial de las fiestas de un modo exagerado, pero no es menos cierto que el tono cristiano de esta fiesta, la alegría del regalo que se cotiza sobre todo por su valor sentimental, la ilusión de los niños, prevalece entre la gente de los más diversos estamentos sociales. Si Santa Claus no tiene ninguna base bíblica, ni tampoco ninguna “credencial” para formar parte de nuestra tradición navideña, los Reyes Magos tienen ambas cosas y el Evangelio los presenta como personajes históricos y reales de distintos pueblos y razas unidos por la adoración a Jesús…
En este número de asmoda hacemos presente la imagen de las fiestas en la moda y los regalos, que son como el remate a unas fechas que, por encima de momentos difíciles, nos traen un mensaje de paz y optimismo. Como dejó escrito Carlos Dickens: “Honraré a la Navidad en mi corazón y procuraré conservarla durante todo el año”. Asmoda desea también para todos esta ilusión y esta esperanza. ¡Feliz Navidad!



¡FELIZ NAVIDAD!