FUERZA EN LOS OJOS Y EL CORAZÓN

Nos disponemos a vivir una Navidad extraña, sin fiestas, sin grandes reuniones con familia y amigos, sin cabalgatas de Reyes, sin aglomeraciones en las calles ni grandes lujos. Todo muy moderado, comedido, marcado y contenido por las circunstancias de pandemia que vivimos. Y teniendo en cuenta que la Navidad no consiste en regalos, ni en comilonas o desenfreno, sino en la serena celebración de un cumpleaños muy especial para los que nos llamamos cristianos, vivamos una fiesta más serena pero no por ello con menos intensidad.

A pesar de todo, la Navidad siempre será luminosa y no debemos descuidar nuestro aspecto: cuidar el arreglo personal, un vestido más especial –se llevan mucho los terciopelos granates o rojo oscuro-, alguna joya que saquemos de su estuche y un maquillaje con un toque de fantasía. Si vamos a estar los días señalados con otras personas con las que no convivamos, debemos esmerar el cuidado usando la mascarilla. Incluso ésta la podemos encontrar más festiva: con aplicaciones de glitter o estampada con motivos navideños. 

Para el maquillaje está claro que va a ser en los ojos donde va a radicar la fuerza. Espolvorear las cejas con polvos de oro y maquillar los párpados en verde purpurina o plata escarchada –para las más jóvenes- puede ser una buena opción, las sombras irisadas en degradé quedan muy “vestidas” y los tonos dorados son cálidos y sientan bien a todo el mundo. Insiste en el eyeliner negro junto con otro en dorado y aplica también en las sienes alguna estrellita brillante. No te olvides de aplicar unas pestañas postizas, tu mirada alcanzará una profundidad que te encantará.

Hay fijadores de maquillaje en spray para no manchar las mascarillas con el maquillaje e, incluso, hay mascarillas transparentes ya en el mercado pero aún no están homologadas y su uso no ofrece de momento una protección fiable. Por último, pon a juego tus uñas con tonos navideños (usa mucho el oro), y no te olvides de los labios –que tendrás ocultos casi todo el tiempo- con un poco de brillo o vaselina para que no se resequen. 

Y recuerda que lo más importante es que vivamos estos días con paz y tratemos de transmitirla a los demás. La Navidad seguirá siendo la misma si preparamos bien el interior, nuestro corazón, aunque varíe lo externo.