MELANIA Y SU "CAMPAÑA FASHION"

Al principio del mandato del presidente Trump fue un motivo de debate la relación de la primera dama con la moda. Algunos diseñadores, que no estaban de acuerdo con la impactante política de su marido declararon una y otra vez que no diseñarían ningún modelo para ella (si es que se lo encargaban, claro, lo que estaba por ver). Otros al contrario opinaban que se sentirían felices de poder ofrecerle sus diseños. Todo esto ha pasado y Melania Trump ha demostrado su estilo y su buen gusto apoyado como es lógico por un poder adquisitivo de amplio alcance. 

Con aires muy de primera dama del siglo XXI, Melania ha participado activamente en los principales actos de la campaña electoral y sus modelos han sido motivo de una gran atención mediática y a estas alturas suponemos también de copias y de ventas espectaculares. El hecho de que la primera dama hubiera debutado ya como modelo profesional a los 16 años aseguró el detalle de un posado fotográfico muy aceptable. 

El primer modelo que lució en la convención republicana fue un traje de chaqueta con falda (una tendencia de ultimísima hora). Melania pronunció un electoralista discurso de apoyo al presidente en el que defendió su liderazgo y su valía con el aire de una esposa incondicional y entusiasta que se notaba muy estudiado y retocado para que no hubiera después problemas como ha ocurrido en otras ocasiones. Esta vez su tono fue muy discreto y conciliador. El sastre, de impecable estilo militar elegido para esta ocasión, era un diseño de Alexander MacQueen color kaki con bolsillos superpuestos y cinturón ancho con doble hebilla. 

En su segunda intervención de la campaña electoral acompañando a su marido, Melania lució un modelo muy distinto, casi de estilo royal, en un atrevido color fucsia intenso del diseñador Jason Wu con falda de vuelo, escote halter y dos lazos negros. Llevaba también unos stilettos de Manolo Blahnik negros. 

Pero el modelo de Melania que más llamó la atención fue el que eligió para asistir al discurso de aceptación como candidato republicano a la Presidencia de su marido. Era un modelo de Valentino de un llamativo verde flúor -color de esperanza- con complementos rosa y con la falda capa plisada. Hubo distintos comentarios sobre este modelo que contrastaba con el de Ivanka Trump, la hija del Presidente -muy implicada en la política de su padre-, que era de un negro riguroso. Los comentarios estaban también motivados porque se supone que no hay una relación muy fluida entre estas dos mujeres y, además de analizar sus trajes, se analizaron sus actitudes entre ellas y sus sonrisas. Como es lógico, hubo conclusiones para todos los gustos. 

El eco que encuentran las apariciones en público de mujeres importantes en la vida política y social -reinas, princesas, presidentas, primeras damas- es aprovechado cada vez más para destacar su relación y acierto con la moda. ¿Tendrá alguna influencia en las urnas? Es difícil saberlo pero al menos lo tiene en la prensa rosa y en los medios fashion. Melania Trump en estos 4 años de primera dama de los Estados Unidos ha tenido ocasión de proclamar que vale la pena intentarlo.