EL ARBOL DE NAVIDAD: SU ORIGEN E IMPACTO
OPINIÓN, Diciembre 2018
Arbol en Grand Place, Bruselas

Arbol de Rockefeller, Nueva York
La Navidad se nos adelanta cada vez más, como si quisiéramos anticipar en nuestra vida este halo de optimismo y esperanza que envuelve a las fiestas. Sus preparativos se unen al Black Friday adelantando la compra de regalos, pero lo más sugestivo es que desde finales de noviembre nos encontramos con mensajes navideños como son los arcos de luces de las calles de Madrid en los que colaboran el ingenio de nuestros diseñadores de moda y algún que otro escaparate con belén o un árbol deslumbrando con sus bolas de colorines. No sería posible cuestionar el claro protagonismo del belén, el recuerdo más tierno y potente de las fiestas, pero a veces al árbol no se le hace justicia ni en su origen ni en su significado.
¿A quien se le ocurrió la feliz idea del árbol navideño? Para encontrar la respuesta tenemos que retroceder varios siglos. No todas las historias son exactamente iguales pero hay datos en los que todas coinciden: su lugar de origen es Alemania y su “promotor” más directo el obispo San Bonifacio. Todo partió de una costumbre pagana de origen celta en la que durante los solsticios de invierno decoraban los robles con manzanas y velas como símbolo de fertilidad y regeneración, ofrecido como un sacrificio a dioses paganos. Pero en medio de esta práctica surgió la imponente figura del obispo San Bonifacio que con el Evangelio en sus manos revertió la costumbre pagana y la rescató para el cristianismo. Ofreció un abeto, un árbol de paz, que representa la vida eterna porque sus hojas siempre permanecen verdes y porque su copa señala el cielo.
El primer árbol de Navidad formal apareció en tierras alemanas en el año 1605 con la mayoría de elementos con los que se le conoce ahora. Las velas se convirtieron en luces como recuerdo de la luz del mundo que viene a nosotros y las manzanas en bolas de colores significando los dones de Dios a los hombres. Cada color de las bolas adquirió su simbolismo propio: las de color azul el arrepentimiento, las rojas las peticiones, las doradas la alabanza y las plateadas el agradecimiento. Los lazos simbolizan la unión familiar y la estrella colocada en la punta la luz de la fe que debe guiar la vida del cristiano recordando la Estrella de Belén.
Con el paso del tiempo los árboles de Navidad se fueron introduciendo entre las costumbres tradicionales de muchos países. Se cuenta que el primero que entró en España en 1870 lo introdujo una princesa rusa viuda de un hermanastro de Napoleón que se casó en segundas nupcias con el español Pepe Osorio Duque de Sesto.

Arbol junto al Coliseo, Roma

Arboles en los Campos Elíseos, París

Arbol de la Puerta del Sol, Madrid
EL ARBOL DE NAVIDAD: SU ORIGEN E IMPACTO
En muchos pueblos y ciudades españolas el árbol de Navidad destaca en alguno de sus espacios o plazas principales. En Madrid por ejemplo tenemos el árbol de la puerta del Sol en el que ha prevalecido durante muchas navidades el diseño de Agatha Ruiz de la Prada.
Actualmente, en muchos países el árbol de Navidad figura como un punto importante de la decoración navideña. El árbol de la plaza de San Pedro del Vaticano espera ya su turno desde el 22 de noviembre porque se sigue allí una costumbre muy bonita que muchos han adoptado también en sus hogares: unir el árbol de Navidad y el Nacimiento. Será el día 7 de diciembre la fecha en que podrán mostrarse ya al público. Fue San Juan Pablo ll el que inició la costumbre de añadir al belén el árbol para reivindicar el origen y significado religioso del árbol. El de este año proviene de Cansiglio de Pordenone y se unirá al belén, una verdadera obra de arte trabajada por 4 artistas internacionales. Su nombre es “Natividad de arena”, realizado enteramente con este material coincidiendo su inauguración con la iluminación del árbol. El 13 de enero el abeto se donará a una empresa especializada en reciclaje solidario de la madera.
En Nueva York destaca uno de los árboles navideños más emblemáticos del mundo: el del Rockefeller Center. Su encendido oficial ha sido este año el día 28 de noviembre. Mide 24 metros de alto aunque fue en 1999 cuando alcanzó su record de 30´48 metros. En el año 2004 se incorporó al árbol una estrella de cristales Swarosvki que pesa 226 kilos y contiene 3 millones de cristales. Al término de las fiestas se donará a la sociedad “Habitat of humanity” donde lo utilizarn para construir viviendas para los más desfavorecidos ofreciéndoles una segunda vida solidaria.

Arbol familiar

Arbol tradicional

Arbol decorado en blanco y plata
En París no presumen de un solo árbol sino de… 400, los que figuran siempre en la Avenida de los Campos Elíseos, pero que en Navidad adquieren un nuevo protagonismo. Del 22 de noviembre al 9 de enero pueden verse este año con luminarias de estrellas fugaces y teñidos de luces rojas. La decoración de los arboles es obra del diseñador Karl Lagerfeld que la inauguró junto a la alcaldesa de París, Ana Hidalgo.
Es bonito el ambiente de celebración que dan los arboles de Navidad iluminados en las distintas ciudades del mundo pero lo es también el árbol, sobre todo si es junto al belén, como se encuentra en muchos hogares españoles. Su luminosa silueta tan llena de significados, rematan el escenario perfecto para la celebración de unas fiestas que nos traen un mensaje de paz y optimismo. Ojalá nos ayuden a imitar el objetivo que dejó escrito Charles Dickens: “Honraré la Navidad en mi corazón y procurare conservarla durante todo el año”.